Las cajas y armarios eléctricos constituyen una pieza fundamental en toda instalación eléctrica, toda vez que, además de controlar la máxima potencia de consumo en una vivienda o negocio, se ocupan de mantener protegidos los diversos circuitos que componen la instalación. El cuadro eléctrico se mantiene de este modo oculto y aislado del exterior, lo que evita que se produzcan manipulaciones que pudieran dar lugar a sobrecargas y cortocircuitos.
Desde Brycus te queremos ofrecer una serie de consejos para ayudarte en tu elección de tus cajas y armarios eléctricos, de tal modo que puedas escoger el que mejor se ajuste a tu espacio disponible y a la cantidad de componentes eléctricos que necesites proteger.
Esto dependerá de muchos factores, tales como el número de aparatos eléctricos que poseas en tu casa o negocio, el número de circuitos eléctricos, de lámparas, de enchufes, las zonas húmedas como el baño o la cocina, tus sistemas de calefacción y/o aire acondicionado, etcétera.
Si pretendes una instalación básica o estándar, podrás encontrar armarios y cajas premontadas en su carcasa, lo que te facilitará la instalación.
En todo caso, a la hora de elegir una caja de cuadro eléctrico, deberás tener muy en cuenta el grado de protección que ofrece, el cual viene identificado por las letras IP seguidas de dos dígitos que aluden precisamente al nivel de protección. Así, una caja de cuadro para empotrar IP30 implicaría una protección frente a la entrada de elementos sólidos de hasta dos milímetros y medio.
Es importante asimismo que las cajas de empotrar estén diseñadas para su utilización en derivaciones principales y secundarias, así como que estén fabricadas en material de alta resistencia al impacto. Esta resistencia viene determinada por el llamado índice de protección IK, que oscila de 00 a 10.
Contamos con una gran variedad en cuanto a diseños y tamaños, por lo que encontrarás seguro la que mejor se ajuste a lo que busques.
Los materiales con los que se fabrican este tipo de cajas varían entre el plástico y el metal. Están diseñadas para ser empotradas en la pared, ocultas tras los paneles de acceso, o también sobre el techo.
También puedes optar por una caja estanca para su montaje en superficie. Son muy fáciles de instalar y tienen la ventaja de que, como su propio nombre indica, son completamente estancas, lo que impide el acceso accidental a su interior de agua u otros líquidos capaces de provocar averías eléctricas.
Las cajas estancas pueden disponer en sus laterales de unos orificios troquelados para la inserción de las diferentes canalizaciones. Asimismo, pueden adoptar diferentes formas geométricas: redondas, cuadradas, rectangulares u octagonales. En función del tipo de cierre de la tapa, podrás elegir también entre cajas con tornillos, las cuales suelen ser más seguras y fiables, y cajas con cierre a presión, que tienen la ventaja de que resultan más rápidas de instalar.
Estas cajas estancas, dotadas con un grado de protección IP55, garantizan una estanqueidad óptima en cualquier tipo de instalación, evitando cualquier tipo de problema con el agua o el polvo. Su fabricación con material termoplásticogenera, además, una mayor resistencia al impacto.
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