En ocasiones se suele pensar que, al comprar una planta, esta puede aguantar en la misma maceta durante un largo período de tiempo. No obstante, es necesario dejar atrás este pensamiento y empezar a considerar que si no se realiza un trasplante, se puede perder la planta en poco tiempo.
Está demostrado que para beneficiar a las raíces de las plantas, es necesario realizar trasplantes de macetas periódicamente. Nuestro Byrcus consejo principal para llevar a cabo esta tarea, es utilizar sustrato fértil, con buen drenaje y desinfectado. Generalmente, el cambio se realiza cuando el macetero ya se ha quedado pequeño y la tierra ya no es útil porque cuenta con pocos nutrientes para el correcto desarrollo de la planta.
Aspectos a tener en cuenta a la hora de hacer el trasplante de una maceta a otra
En primer lugar, se ha de considerar que la planta que se cambiará de macetero no debe estar en proceso de crecimiento o floración. Es decir, para que el procedimiento sea un éxito, se tiene que aprovechar el estado vegetativo para que las plantas no se resientan con el cambio.
Sigue nuestro Byrcus consejo y adquiere un macetero que disponga del tamaño apropiado y que se encuentre agujereado en la base para que el agua escurra a la perfección. Además, en el procedimiento es muy importante usar una tierra adecuada que evite el desarrollo de hongos y de otros organismos nocivos para las plantas.
Si al sacar del macetero la planta, esta tiene una masa de raíces enredadas en la tierra es porque el recipiente no es del tamaño correcto, por lo que habrá que cambiarlo por otro.
Aquí encontrarás el mejor consejo para trasplantar a una maceta más adecuada. Para sacar la planta de la antigua maceta, se ha de sostener el tiesto boca abajo, dando pequeños golpes en la base del recipiente. Una vez haya salido el cepellón completo, ya se puede acondicionar en la nueva maceta que se ha escogido.
Es recomendable realizar la tarea de trasplante en un lugar con sombra para que las raíces no se vean afectadas por la luz directa del sol. Para una mayor protección, se aconseja cubrir las raíces con un papel de periódico mientras se esté realizando el trasplante de maceta.
Una vez se encuentre la planta dentro del macetero, se ha de rellenar el hueco restante con la mezcla de sustrato. Es necesario evitar que la tierra cree espacios con aire y también regar en abundancia después del trasplante para no sufrir deshidratación.
Ya tenemos la planta lista para volver a colocar en su lugar habitual. Las plantas que habitualmente necesitan la luz solar deberían guardar sombra al menos durante una semana.
Los recipientes que suelen utilizarse para el trasplante son generalmente de terracota, una arcilla porosa de color azul rojizo. No obstante, cuando se adquiere una planta en cualquier comercio lo más normal es que se encuentre en una maceta de plástico. En este caso, es recomendable cambiarla de tiesto para evitar la asfixia de las raíces, sobre todo si son especies muy delicadas.
La razón de que los floricultores proporcionen las plantas en macetas de plástico no es otra que el de favorecer la radiación para que estas arraiguen con más rapidez. A pesar de esto, siempre es aconsejable cambiar los recipientes de plástico por otros de distintos materiales una vez se haya adquirido la planta.
Las macetas tienen que disponer de perforaciones en la base para que salga el agua del riego. Si se quiere conservar el jardín o terraza más limpio y organizado, se aconseja colocar un pequeño plato recogedor de agua debajo de la planta.
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